lunes, 26 de abril de 2010

José Antonio Navajas Lestau










A LA ATENCION DE Mª JOSE MARTINEZ LANDA.


VIVENCIAS EN EL “GONZALO DE BERCEO” DE ALFARO.



Como te he comentado, sobre mis vivencias en el Instituto Laboral “Gonzalo de Berceo”, solo curse (valga la redundancia) un solo curso, TERCERO, debido a circunstancias, por las cuales la vida, sin querer te va llevando. Pero aun así guardo muy buenos recuerdos de esos inolvidables días de instituto.
Tuve un cuadro de profesores, yo creo que de “ELITE”, y digo elite, pues fueron personas, que verdaderamente su pasión fue, que nosotros aun críos, pero que nos considerábamos no ya jóvenes, sino hombres, saliésemos lo mejor preparados posible, para enfrentarnos a la vida. Unos directamente, sin la suerte de cursar estudios universitarios, y otros sentando la base para sus peritajes o carreras universitarias.

Recuerdo a D. José María Diaz, profesor de lengua y director del Instituto, amable y cariñoso, no llegue a conocerle muy bien, pues la fatalidad quiso que ese curso nos dejase para siempre.
A D. Antonino Burgos, profesor de Historia, que me brindo la única matricula de honor, que me han concedido en mi vida. Su forma de estudio fue verdaderamente novedosa para mi, ya que cada cuatro o cinco lecciones, nos hacia examen, y no había otra forma que estudiarlas, si querías llevar bien la asignatura.
D.Antonio Garcia Orús. De Física y Química. Para mí, buen maestro, valga Dios. Y real tambien esta anécdota. Normal para las letras, pero duro de roer para los números, en uno de los exámenes de Química (formulación), me merecí un CERO, y así fue, pero en la clase que siguió a dicho examen, recuerdo, me saco a la pizarra, y cuando volví a sentarme, sabia al dedillo sumar y restar valencias, o sea formular de primera. Acabe el curso con notable alto, o, sobresaliente, a pesar de ese cero. Muchos años más tarde , me lo encontré en Logroño, el no me conocío, pero al decirle mi nombre y de Alfaro, nos abrazamos, y yo creo que a ambos se nos saltaron las lágrimas, tal vez recordando esos ya lejanos, pero felices años.
D. Emilio Bustamante, profesor de Formación Nacional. Hombre bonachón, que nos implanto valores , que hoy en día, tal vez haría falta, que nuestras generaciones jóvenes conocieran y tal vez valoraran.
D. Jesús Palacios. Profesor de Organografía, amable y cariñoso, pero que nos hizo aprender de memoria las clasificación de las plantas, aun hoy recuerdo en parte, y que bien me viene para mi hobby (fotografía de la naturaleza).
D. Luis Alvarez Dieste, buen profesor de francés. Aun lo veo alguna vez por Fitero.
D.Pedro Fernandez Andues. D.Eugenio Casas y D. Joaquín Ausejo. Profesores de Tecnología (Electricidad, carpintería y mecánica, respectivamente).Que bien creo, que a todos, nos han venido en la vida cotidiana, sus enseñanzas
D- Antonio Castillo de Agricultura, y d. Basilio Aguirre, hecho de la paciencia del santo Job, enseñándonos a todos a conducir, en aquel famoso tractor Deuz.
D.Agustín Zapatel. Buen hombre, creo que nos daba algo relacionado con Agricultura. Anécdota que aun recuerdo. En el periódico o mural que se editaba y lo colocábamos en la pared de entrada a las aulas. Se veía a D. Agustín en clase , medio mirando a la calle a través del balcón. Por la acera de enfrente, una rubia, guapa y vistosa moza, de abrigo verde. El la señalaba, con el puntero y dirigiéndose a nosotros, nos decía “ ESO SEÑORES, ES UN CONJUNTO ORDENADO DE MOLECULAS”
D- Raul Tejada. Buen profesor de esas para mí, duras Matemáticas.
D. Antonio Sanz Gallego. Duro, pero efectivo profesor de Dibujo.
D. Manuel Izal. Sacerdote, profesor de Religión.
D. Enrique Juez. Médico, hombre coloquial y amable, no recuerdo en este momento que asignatura impartía, pero recuerdo, nos contaba unas anécdotas, interesantísimas.
Creo que este fue mi cuadro de profesores, en mi corta vida en el Instituto laboral “Gonzalo de Berceo” de Alfaro.

En secretaría, recuerdo a Manolo Arpón, buen amigo de mi hermano Manolo, y a Luis Parra y al Sr. Eliodoro, mandándonos silencio por esos largos y oscuros pasillo de la Abadía, y encendiéndonos las estufas de leña en las aulas, única calefacción de aquellos tiempos.

Fue memorable, nuestros viaje de fin de curso, a Tudela (Navarra).Profesores acompañantes, D. Antonio Burgos y D. Jesús Palacios. Fuimos en tren, por la mañana visitamos la catedral, comimos en una taberna, el bocadillo que nuestras madres nos habían preparado, aun hoy siempre que paso por ese lugar, lo recuerdo.
Por la tarde, visita a la parada, anécdota tambíen de no olvidar, pues cuando sacaban los caballos al patio para que los pudiésemos contemplar y D. Jesús, darnos las consiguiente explicaciones sobre los equinos. El susodicho patio, era donde cubrían. Excitados ellos, menudo espectáculo nos brindaron. Cosa de críos, pero tuvimos tema para reírnos, durante unos días.

Compañeros de curso, unos cuantos de Alfaro, Corella, Aldeanueva, y Fitero.
De Alfaro, José Ramón Nevot.
Carlos Jimenez.
José Miguel Palacios.
José del Barrio.
De Corella, Ignacio (el Mangoli), el Negrillo, y Jesús Jimenez Ruiz, o, Ruiz Jimenez. (el Macharo).
De Aldeanueva de Ebro, Salvador Cascán.
De Fitero, Tomás Maza
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El Instituto, aun estaba ubicado en la Abadía. Amplias escaleras, comunicaban la planta baja, donde estaban ubicados los talleres, con la primera donde estaban, aulas, oficinas y sala de profesores. Recuerdo unos largos y oscuros pasillos, pero las aulas, bien iluminadas. El campo de prácticas, recuerdo estaba ubicado en parte de lo que hoy es Instituto. Gimnasio, el patio de la abadía y creo que aun no se contaba con cantina, biblioteca, capilla ni sala de actos. Todos los tiempos de empiece son duros, y más, aquellos años sesenta.

Y estos son mis ya lejanos, pero reales y muy concretos recuerdos de ese año de Instituto, en el “Gonzalo de Berceo” de Alfaro.

Un recuerdo para todos aquellos que hicieron posible para Alfaro, este centro de estudios, porque son muchas ya, las generaciones que gracias a ellos, nos hemos labrado un porvenir más provechoso que seguro sin el, no hubiésemos tenido.

“GRACIAS “


Firmado José Antonio Navajas Lestau.

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