miércoles, 31 de marzo de 2010

Mº José Martinez Landa


Carta de Mª José:
En el curso 1970-1971 tuve mi primer destino en el instituto de Calahorra, compartiendo el trabajo con el colegio de las Teresianas en la misma ciudad. En el siguiente curso 1971-1972 me trasladé al instituto de Alfaro, a una plaza que quedó vacante al casarse la profesora de Educación Física Matilde Romanos.
Encontré un instituto en el que las chicas acababan de instalarse en las aulas donde los chicos ya hacía años estaban ubicados.
Aun así ellas entraban por distintas puertas y con los uniformes de faldas grises y jerséis granates, las encontré muy rebeldes porque querían cambiar las faldas por pantalones, por frío principalmente ,no por igualarse a los chicos.
El director del centro era D. Jesús Palacios Remondo y en el claustro había más número de profesores que de profesoras. En aquel curso también se incorporaron Conchita Fernández y Mª. Pilar Novales. Los profesores entonces estaban jerarquizados en catedráticos, numerarios, no numerario y los demás…..habilitados, y cada uno tenía sus competencias muy definidas: los catedráticos podían ser los únicos elegidos para directores y en este instituto había 5 elegibles, entre ellos Dª. Concepción Diez Taboada (CHITY) que luchaba en aquellas circunstancias por la abolición de la falda en invierno, entrada por la misma puerta y otros asuntos más trascendentales que estarán reflejados en las actas de los interminables claustros, iniciados con unas oraciones por parte de D.Manuel el sacerdote que invocando a la patrona del pueblo daba por iniciados las sesiones en las que algunos profesores teníamos voz pero no voto, con lo cual como no votábamos tampoco hablábamos, situación que se acabó al curso siguiente.
Recuerdo a las alumnas tratándonos de usted (yo tenía 23 años y con minifalda) y para hacer gimnasia (que así se llamaba entonces) venían con pololos y blusitas, e inmediatamente compraron con gran regocijo unos chándales azules preciosos que estrenaron en el patio de la Abadía y en un establo que se acondicionó para gimnasio (hoy están los aparejos del jardinero). Por supuesto los chicos tenían aparte sus clases, que impartía un profesor llamado Jesús Álvarez, de Calahorra.
Así pasaron los cursos con nuevos profesores–as que venían avalados por el director y en algunas circunstancias por la delegación de educación. Hubo tiempos muy duros para los profesores no numerarios, con largas huelgas para conseguir unas oposiciones que no se convocaban hacía años. Se cambió el sistema de bachillerato, de 6 a 3 cursos, y venían los alumnos con 14 años. Más tarde, en el curso 73-74, empezaron a impartirse como sección las enseñanzas profesionales en la rama de delineación.
Después estas enseñanzas se consolidaron y la sección se independizó como instituto profesional con el nombre de EMPERADOR ALFONSO VII donde se impartían las enseñanzas de administrativo, análisis químicos, agraria, además de la electricidad, todas ellas en los dos grados de profesional que entonces existían y que han vuelto a llamarse así. Todos estos estudios vinieron a completar las exigencias que la zona tenía de profesionales bien preparados para competir en unos tiempos nuevos para la incipiente industria y comercio. Todo esto trajo muchos alumnos de la zona de la Ribera y también aumentó el número de profesores, dando al mundo estudiantil otra visión diferente de la que se tenía hasta entonces.
Poco a poco se fueron legislando programaciones, contenidos, objetivos a alcanzar y haciéndose normales los sueldos, horarios y los nombramientos del profesorado.
Personalmente la titulación de los estudios de E.F. se regularizó y adquirió la misma categoría que las demás asignaturas. Después de licenciarme oposité a la plaza de profesional, que fueron las primeras que se convocaron aquel año, y una vez aprobadas pude elegir por nota no moverme del instituto, aunque después de 16 años en bachillerato no hice más que cambiar de pasillos. Los alumnos de profesional me dieron otra visión de la enseñanza y me hicieron sentir muy satisfecha a pesar de que me llenaron el horario con TODO el alumnado y con todos los grados.
Desde el curso 86-87 hasta el inicio de la educación secundaria E.S.O., que es cuando otra vez se cambia de sistema y nos unifican, mi vida profesional vuelve como en mis inicios y acabo en él.
Tantos cursos en el centro, con tantos compañeros, con tantos alumnos, con tantas familias que han confiado sus hijos en mi quehacer, con tanto respeto con el que se me ha tratado, por parte de todos, me hace retirarme agradeciendo a la comunidad educativa este comportamiento, y ahuyentando el recelo que en mi primer impulso de dar clase en mi ciudad tenía por aquello de que '' nadie es profeta en su tierra". No quiero dejar pasar el momento para pedir disculpas por algún comportamiento que haya sido incorrecto en tantos años y en tantas circunstancias mías.
Animo al alumnado a contar situaciones y anécdotas agradables de
los diferentes cursos, compañeros y demás………. para ayudarme a recordar.
GRACIAS POR TODO Y A TODOS-AS UN ABRAZO
Mª José Martínez Landa

Raul Tejada Herrero



Queridos profesores, ex-profesores y antiguos alumnos:
Debido a que estoy viviendo actualmente en Pozuelo de Alarcón y a que tengo una edad avanzada (89 años) me es imposible acudir al acto de celebración del 50 aniversario de la Fundación del Instituto, pero no quiero dejar pasar la ocasión sin recordar a quienes compartieron conmigo la docencia y a los alumnos que asistieron en ese tiempo. Para todos ellos vaya mi recuerdo entrañable y mi pesar por no poder acompañarlos en una fecha tan especial.
Pasé 21 años de mi vida dando clases en ese Instituto con alegría y, todavía me encuentro con ex alumnos que me recuerdan y me quieren y alguno de ellos me dice: ¡qué tiempos los del teorema de Ruffinni! Por tantos recuerdos que se agolpan en mi mente os deseo a todos vosotros, la dirección actual y los alumnos, ex alumnos y compañeros docentes de mi época, que sepáis excusar mi ausencia y disfrutar de un día tan señalado.
Un fuerte abrazo
Raúl Tejada Herrero

Ana Baldero


Soy una ex-alumna del Instituto al que de alguna manera todavía me siento vinculada a él, a través de los amigos y compañeros que allí tuve, así como a través de algunos familiares que pertenecen a la comunidad educativa a diferentes niveles (como alumnos y/o profesores).
En primer lugar un cariñoso saludo a todos los que en este momento formais parte de la comunidad escolar y sobre todo mis FELICITACIONES por la larguísima trayectoria educativa que el centro lleva. No sabía de su historia, ¡¡¡toda una vida!!!!!; en 50 años han pasado muchas personas que allí vivieron una etapa importantísima de su vida, la "adolescencia".
Consultando los documentos oficiales (Libro de escolaridad, certificados de Bachiller) y los no oficiales, que todavía guardo, y que acreditan mi paso por allí, puedo comprobar que estuve desde el año 1970 que empecé primer curso de Bachillerato Elemental hasta 1977 que acabé C.O.U. y me trasladé a Barcelona, a la Universidad Autónoma.
Aunque el salto y la distancia fue grande, siempre han estado conmigo los entrañables recuerdos de mi paso por el Instituto, donde hice buenos amigos, viví experiencias significativas en mi vida y donde tuve la suerte de disfrutar de algunas asignaturas y algunos profesores. Ellos me estimularon para seguir estudiando, a ellos les debo una parte importante de mi ilusión por el estudio, las ganas de aprender, de abrir puertas y el interés por el conocimiento. ¡Gracias a todos ellos!
Quiero enviar un especial recuerdo y saludo a D. Fernando, Mª José, Pilar, Julia, D. Narciso, Conch¡ta ("Chiti" en sentido cariñoso), D. Antonino, Mª Luisa, Gloria y Ayensa "el otro profesor de filosofía" que tuve. Cada uno de ellos me aportó, además de conocimientos, elementos importantes a nivel personal que me permitieron reflexionar y descubrir cosas interesantes. Una vez más, ¡gracias a todos ellos!
Seguro que me olvido de alguno y les pido disculpas por ello
Al Equipo de Docentes que estáis ahora, animaros para seguir adelante en vuestra difícil tarea; trabajar con jóvenes y adolescentes no es fácil, pero sí enriquecedor. Ellos tienen un gran, potencial que ponen en vuestras manos. Energía, ganas de vivir, ilusiones, fantasías, grandes ideas, emociones........ A ellos les podéis escuchar para seguir mejorando en vuestra actividad laboral, saber de sus necesidades, hábitos, intereses e inquietudes; recoged sus aportaciones, estoy segura que serán de utilidad
Como sabéis, la parte humana en la formación también es importante, pues en definitiva ¿cual es el objetivo de la cultura?.
Probablemente a partir de ellos podais amplias, ideas sobre ese objetivo plasmado en vuestra página Web, en el apartado "Contexto Cultural"; donde planteais una iniciativa interesante: conectar el Centro con el exterior, que la población participe más de actividades culturales y que haya mas coherencia entre nivel económico de la pablación y su formación. Charlas, debates, cine -fórum, talleres de música, deportes , revista propia ....
Siento no poder compartir con vosotros las actividades programas para el 15 de noviembre; pero estaré al tanto de vuestras propuestas. ¡Que disfrutéis de ellas!
Un saludo cordial y feliz 50 aniversario
TAMBIÉN UN CARIÑOSO SALUDO A LOS COMPAÑEROS QUE COMPARTIERON CONMIGO LAS AULAS, EL GIMNASIO, LAS COMPETICIONES DE ATLETISMO EN LOGROÑO, los nervios, de los exámenes, la alegría por los aprobados, las desilusiones, el miedo a salir a la pizarra y no saberte la lección, las conversaciones en la hora del recreo, los enamoramientos, los paseos por la Florida. Los encuentros en los pasillos, las entradas y las salidas de clase, los apuntes, conocimientos, ideas y reflexiones-, también nos tocó vivir acontecimientos históricos de gran relevancia en la historia del país. Vosotros también formais parte de mi propia Historia.
¡Un beso fuerte para todos!

Angel Garcia Galdamez


Mª José Martínez Landa, me envía una carta (Abril 2009)
para que le aporte mis vivencias del Instituto y así poder hacer
un “sencillo resumen de los acontecimientos principales ocurridos en el Centro...”.

1. Para mí, hablar del Instituto es hablar de mi calle, la calle donde nací, la Calle Las Pozas, luego llamada del General Gª Escámez, porque antes más, las calles estaban sembradas de generales.
También, y esto es a lo que vamos, es recordar un edificio de piedra, grande, vetusto, con unas grandes escaleras, grandes balcones y grandes techos, un pasillo central y muchas salas a la derecha y a la izquierda. Y fuera, en su fachada posterior, dando a la Placeta de San Francisco, un patio suficiente como para hacer gimnasia sueca un centenar de chavales al compás del profesor don Emilio Bustamante... en alpargatas, bombacho corto y azul, y una camiseta de tirantes blanca. En aquellos tiempos, sólo hace 50 años, no se habían inventado los atuendos modernos, zapatillas deportivas y chandal.
En ese patio de tierra, que se encementó después para que bailara la gente durante las Fiestas de agosto - el famoso Baile de La Abadía -, aprendimos las canciones propias del llamado Espíritu Nacional... “Yo tenía un camarada”, “Montañas Nevadas” ... y se acababa siempre brazo en alto cantando “El cara al sol”. Algunos días, en el mismo patio, había ración doble de marchas patrióticas y se cantaban todas las que se habían aprendido, ¡a palo seco! sin ayuda de instrumentos musicales.
Todo era muy divertido, casi una juerga que don Emilio consentía con mucha parsimonia; era nuestro profesor de gymnasia y de las benditas doctrinas del Espíritu Nacional, adornadas con himnos patrióticos... luego, le nombraron Alcalde de Alfaro.
Un hombre que destacaba por sus extremada delgadez y altura, ... circunstancias que los alumnos aprovecharon – de manera cruel – para apodarle “el caña hueca”; casado y con dos hijas, todas de buen ver; don Emilio era paciente y afable, y fue destinado a Logroño con su familia... y le perdimos la pista.

2. Volviendo al gran edificio, se llamaba Palacio de La Abadía
porque había sido convento con abad hace unos cientos de años. Luego, ya en el siglo XX, se alojaron las Escuelas Nacionales “las del Palacio”, y después, tengo oído, sirvió de residencia a los soldados de la guerra española.
Después, por los años 50, quizás en el 1953, se acondicionó para servir de Centro de Enseñanza, el llamado Instituto Laboral “Gonzalo de Berceo”, donde se instalaron las aulas – sólo para chicos, detalle a tener en cuenta –, los talleres y diversas dependencias, y así permaneció los primeros cursos hasta que se construyó el Nuevo Instituto en los terrenos de las huertas de La Florida. A unos 150 metros, por el año 1963.
Ahora, desde hace 10 años, acoge las Oficinas Municipales del Muy Ilustre Ayuntamiento de Alfaro.
Mayor ambivalencia y usos no cabe, y aún habrá tenido más historias porque es un edificio neoclásico magnífico del gran arquitecto Juan de Villanueva... con capacidad y elasticidad suficientes para alojar nuevas instituciones y múltiples utilizaciones al público.
El Palacio de la Abadía lo aguanta todo y, además, goza de un enclave excepcional, en el puro Centro Histórico de la Ciudad de Alfaro...

3. En este edificio, transformado en Instituto Laboral, pasé cinco años imborrables estudiando el Bachiller Grado Medio. Conservo muchos recuerdos de todo tipo, alegres y menos, profesores, compañeros, andanzas y aprendizajes, donde muchos nos topamos con las primeras vivencias, incluso amorosas – platónicas todas – y, como en mi caso, los primeros amigos, algunos para toda la vida.
Yo, tuve la gran suerte de encontrar a un chaval venido de Soria, estudiante muy aplicado y de buena cabeza, llamado Camilo Valdecantos, el mejor amigo del mundo, con el que mantengo y mantenemos una relación entrañable y, desde hace casi 20 años, le envío a Madrid escritos de los sucesos y acontecimientos de Alfaro, La Rioja, España y el mundo; lo que se me ocurre a vuela pluma porque me gusta escribir.
Así pues, redacto la sección “Hola Camilo” de la “Crónica de Alfaro”, le doy unas parrafadas mensuales de la actualidad y me quedo tan ancho, como si todavía estuviéramos de parranda en el antiguo Instituto Laboral.

4. Quiero aclarar que este escrito es un pequeño avance de lo
que puede ser, con el tiempo, un trabajo más completo y mejor documentado... el tema lo merece y el tiempo, si Dios quiere, nos irá diciendo.
Podía ser la historia más bonita del mundo, la historia de los chavales que, como yo, sufrieron y gozaron aquel tiempo pasado, tiempo dichoso de niños que dejaban de serlo y se abrían al nuevo e inquietante mundo de la pubertad, chavales entre 10 y 15 años... LA HISTORIA DEL INSTITUTO DE ALFARO JAMÁS CONTADA... de la que forzosamente nacen entre los alumnos de las primeras promociones, exclamaciones como la tan oída: ¡Dios mío, cómo y qué rápido se ha pasado el tiempo!

5. Recuerdo con pena a Don José María Díaz González... que fue el primer Director del Centro... persona muy respetada, culta y entusiasta con la labor de resolver y dar vida a la nueva Institución del Instituto que iniciaba sus primeros pasos y que serviría poco después para que muchos alfareños, y muchos chicos de la comarca, pudieran incorporarse al mundo de la cultura, de los oficios y de las profesiones de Grado Medio y Superior, y, por supuesto, también al mundo de la Universidades, cosa entonces impensable por la cerrada y oscura mentalidad de nuestras gentes.
Con toda seguridad fue un hombre providencial porque tuvo la fortaleza de pechar con una tarea tan ardua en un pueblo tan pueblo como Alfaro... Los comentarios de las gentes eran tan negativos y hostiles como: “pa´qué vas a llevar al crío al Instituto si no les enseñan más que hacer el vago”, o aquello de: “eso va ser una escuela de vagos”... y piropos parecidos envenenados de ignoracia ...
Pues bien, no se limitó a poner en marcha el Centro del Instituto en La Abadía, sino que, además, promovió con todas sus fuerzas el Nuevo Instituto de La Florida Gonzalo de Berceo, ... y en ello se pasaba don José María, los días y las noches mostrando con orgullo y entusiasmo la maqueta del que sería su soñado Edificio, ... premio Nacional de Arquitectura por aquellos años, de los eminentes arquitectos madrileños Corrales y Molezún...
Las primeras promociones no pudimos ver más que la gran maqueta del Edificio que ocupaba un sala entera, y al Director don José María, ilusionado, dando mil explicaciones de aquello que parecía un “aeroplano”, así la llamaron todos los que la vieron... y a los pocos años, unos diez, con la aparición de la constructora Marín y Soldevilla S.A., se levantó el fenomenal Instituto Laboral de Alfaro.
Como a veces ocurre, el capitán del barco no llegó a ver el puerto soñado... y aquí, en nuestro caso, nuestro educado Director y ameno profesor de Literatura, tampoco llegó a ver su anhelado edificio porque... se quitó de en medio en una calurosa tarde de verano... con su propia pistola nos dijeron.
Estaba casado con una señora de buena planta, y creo que tuvieron dos hijas ... pero el pobre señor tenía un físico muy desgraciado, era bajito y de abultada joroba, aunque hacía una vida normal y se relacionaba con sus colegas admirablemente. Persona con mucho encanto, de trato afable con los alumnos, se le veía pasear por la ciudad con total naturalidad, recorriendo despacio las calles, Plazas, ... y acudiendo diariamente al Casino, yendo al Cine que le gustaba mucho... y conversando con sus amigos y las gentes del pueblo...
Entonces, cuando la tragedia, se corrieron rumores de todo tipo sobre su triste muerte... si su mermada condición física, si un arrebato de locura... y me pregunto ¿por qué no cabe pensar que se hastiara de tanto aguantar el medio hostil alfareño que rodeaba sus tareas diarias?

6. Junto a esta dolorosa muerte que conmocionó la ciudad entera y, especialmente, a los alumnos, entonces unos niños, también nos dejó absolutamente helados el extraño “entierro concertado” al que tuvimos que asistir entre una representación de las autoridades educativas, eclesiásticas, políticas y sociales... de la comarca...
El hecho fue que, don Manuel Izal, sacerdote del Centro, luchó a brazo partido contra la opinión del Párroco Mayor don José, y, también contra el escollo del Código Canónico, que prohibía acoger en cristiana sepultura aquellos que habían muerto en estas circunstancias... Pues bien, al fin, se celebraron el entierro y los funerales... o algo así, aunque no recuerdo bien la Misa con los gori – goris gregorianos, ni recuerdo el enterramiento en el Camposanto de Alfaro,... se dijo que dejaron el túmulo en la huesera, espacio para aquellos no católicos o como era el caso... Muchos rumores y pocos comentarios para cerrar este desgraciado caso...

7. Mas, como si se tratara de una novela negra, o peor, recuerdo vivamente otro capítulo con bendita tierra encima, con Camposanto y todo. Aquí, sí hubo santa sepultura:
Por aquellos mismos años, se produjo otro desgraciado y mortal accidente: un joven alumno del Instituto, apodado el “borrillo”, de familia humilde y muy travieso, se pinchó en una pierna con una caña durante las “prácticas de campo” que se hacían en la Huerta de La Florida, terrenos donde, más tarde, se construiría el Nuevo Instituto.
Se dijo que le entró la gangrena o el tétanos, o algo así, y en tres días murió con tremendos dolores. No se pudo hacer nada porque la inyección llegó tarde.
Otra muerte que nos agarrotó el alma y que guardo viva en la memoria, como todos los que la vimos:
contemplar a nuestro compañero, tendido y amortajado, con un sudario blanco sobre la piedra del Hospital de Logroño, y oír la machacona grave voz de don Manuel, el cura, rezando un rosario por su alma, ... y todos, todos llorando a lágrima tendida sin poder articular palabra,... sólo se oían los sollozos de impotencia y amargura incontenidos, sólo se sentía la tremenda impresión del cadáver del compañero y la emoción de verlo morado y muerto a un palmo de nuestros ojos... Aquella sala triste, medio a oscuras y aquella escena nos desbordó a todos... Para muchos, fue el primer tropezón con la muerte...

8. De las profesoras del Centro poco puedo decir. Recuerdo a dos profesoras hermanas, que se movían con timidez entre la masa humana que formaba el alumnado y el Claustro de Profesores.
Recuerdo más tarde a doña María Luisa, la esposa del famoso abogado alfareño don Victorino.
Profesora de Geografía, seria, competente y muy responsable... nos hacía memorizar hasta los ríos y los montes más pequeños de la península ibérica. Un poco demasiado.

9. Como contraste recuerdo mejor, porque causaban sensación, las dos hijas de la portera del Centro, la señora Jerónima, dos lozanas jóvenes y atractivas por las que perdíamos los ojos y el sentido... y algún profesor también parecía que las agasajaba...

10. De los profesores, recuerdo al insigne don Antonio Sanz Gallego, profesor de Dibujo, extremeño, moreno aceitunado y de buen porte. De don Antonio se pueden contar mil cosas, las mías ahí van resumidas:
Profesor de mucho carácter, incluso violento, al punto de que algún alumno, quizás, por su falta de habilidad gráfica, lo llegó a pasar mal, al sufrir en sus carnes las iras de las manos de don Antonio...
Se dijo por el pueblo, que tenía novia o novias, pero nunca se centró con ninguna... lo cierto es que como profesor dominaba la asignatura, la explicaba con convicción y el que quería aprender lo hacía, bien y mucho...
Era buen aficionado al teatro y a la música clásica y logró montar en el Teatro Cervantes obras de cierta entidad en las que colaboraban muchas personas del Centro y del mismo Alfaro... Siempre recordaré vivamente que en una de ellas incorporó al texto la bella y delicada música orquestal de Peer Gynt del compositor noruego Edvard Griep...

Más recuerdos tengo de las esculturas y dibujos que hizo a personajes ilustres de Alfaro. Estuvo vinculado a la Escuela de Artes de Corella, a 10 kilómetros, y creo que, durante algunos años, impartió clases de Dibujo y Escultura.
Iba y venía en una moto del tipo vespa, muy a la moda entonces, con la que presumía lo suyo.
Muy amigo de tertulias nocturnas, los veranos en la terraza del Casino, donde nos juntábamos dos y hasta tres generaciones: los mayores, de la telada del boticario don Federico Vallés y algún abuelo más; algunos profesores del Instituto, y los jóvenes, la mayoría universitarios que andábamos con las carreras iniciadas o a punto de terminar... Entre los profesores estaba fijo a la cita don Antonio, y los más trasnochadores de la ciudad: el abogado don Victorino Pascual, el boticario don Federico, algún alfareño peculiar... y nosotros, los veinteañeros Camilo, José Miguel Casas y yo, estudiantes de Derecho, Medicina y Arquitectura respectivamente... que lo pasábamos en grande escuchando ocurrencias seudo científicas al encanto de la noche en la fresca del verano... Siempre había tema de debate, a veces con encontronazos verbales pero sin discordia, amigablemente... Aquí es obligado recordar a don Federico Vallés, científico, inteligente, apasionado de la Historia, empedernido lector, gran conversador y muy ocurrente. Era la estrella de la tertulia nocturna, casi diaria, que duraba lo que dura un paseo tranquilo desde el Casino a la Estación, subida por La Florida y vuelta a la Plaza, donde se despedía el duelo y ¡a recoger todo el mundo! ¡Hasta mañana si Dios quiere!

11. Con auténtica veneración recuerdo a don Jesús Palacios, profesor de Ciencias de la Naturaleza, que se llamaría ahora su asignatura. Era veterinario y ejercía con mucho éxito la profesión junto con su suegro, don Celestino Osambela, también veterinario... vivían en frente de mi casa, una casa grande, antigua, la típica con gran patio de corral por donde corrían y saltaban todos los animales del pueblo: caballos, burros, vacas... cerdos, conejos, gallinas, perros... aquello era un completo espectáculo animado de animales domésticos, como la bíblica estampa del Arca de Noé.
Persona extraordinariamente educada, amable, siempre impecable y correctamente vestido... lo más parecido a un profesor de la Universidad de Oxford, en aspecto y modales. Daba gusto verlo. A mí, me enseñó infinidad de cosas que he utilizado y me han servido toda mi vida, como: el valor de las palabras, hablar con precisión, hablar con propiedad... y, una singularidad muy de su cosecha: usar mucho el Diccionario, tenerlo siempre a mano y, además, hacer un pequeño esfuerzo, casi diario, para ir formando un Diccionario Propio, particular, con las palabras que más utilizamos en nuestra vida corriente...
Nos animó a estudiar idiomas, y si es posible, a seguir estudiando hasta una carrera universitaria... tenía verdadera ambición y obsesión por el saber científico, por trasmitirlo y por la cultura en todas sus derivadas y aplicaciones...
Siempre recuerdo que conmigo tuvo una especial predilección, quizás por la vecindad, porque en esos años, yo, era un estudiante gris, y, en una conversación de verano en la Plaza España, le confesé, con cierta timidez e incluso miedo, que quería ser Arquitecto. Desde entonces, no me dejó ni a sol ni a sombra para que lo fuera y, en parte, a él debo mi carrera y vocación... siempre agradeceré los empujoncitos que me dio este esforzado y querido profesor, un gran maestro para todos.

Aunque sus clases eran un rollo duro de pasar, eran a la tarde, nos entraba sueño, la siesta, y no nos interesaban mucho a los chicos, en general, por las materias que trataba - Organografía Animal, Ganadería y otras – pero don Jesús intentaba amenizarlas contando anécdotas aunque se salieran del tema... y a veces lo conseguía.
Siempre recordaré aquel cuadernillo, pequeño block, soporte del Pequeño Diccionario Particular, que nos obligaba a escribir, de nuestro puño y letra, las palabras, frases, y expresiones que durante sus clases magistrales, muy científicas, iba desgranando, palabras todas con la definición precisa, y palabras todas relacionadas con la materia de su asignatura y las mil derivaciones de los múltiples campos del saber por las que nos iba llevando... ¿quién guardará aquel cuaderno? Era una auténtica joya... Gracias don Jesús, siempre le estaré, le estaremos, muy agradecidos.

12. Del cura del Centro, don Manuel Izal, se recuerdan hay muchos episodios. Buena persona pero cura de los de antes, preconciliar, como no podía ser de otro modo,... con sotana, boina y una pequeña moto Mobilette a pedales que, como buen navarro de Corella, le permitía acercarse a visitar a su familia con mucha frecuencia.
Intentaba en sus clases, el tozudo predicador, meternos en el cogote los Misterios de la Santísima Trinidad y otros dogmas por el estilo que a nadie gustaban y a todos aburrían por abstrusos... además, ya empezaba algún alumno adelantado – los Luteros de turno - a meterle en apuros, planteando cuestiones “contra – teológicas” de las que le resultaba difícil salir, a pesar de sus amplios saberes.
Por cierto, a Camilo y a mi, nos llegó a dar clases en su casa de latín y griego, para seguir con el Bachiller Superior después de hacer los cinco años en el Instituto... El pater se defendía.

13. Otra “rara avis” entre los profesores del Centro nos parecía don Luis Álvarez Dieste, profesor de idiomas y muy buen profesor. No se sabe de dónde era, se casó con una guapa chica alfareña, luego fue a Madrid y desapareció por los Ministerios, se dijo... Pronunciaba el francés como si lo hubiera mamado y logró un Premio Nacional con su libro de francés del que presumíamos todos... Era un enorme lujo tener un profesor que había escrito un libro del curso... Entonces no había libros... o muy pocos.
Sus grandes zapatos bien lustrados, con cordones, estilo inglés, o eso parecían, me llamaban mucho la atención. Vestía con buenos trajes y tenía una compostura elegante, un cierto aire extranjero que le daba mucha personalidad.

14. Dedico una mención muy especial y muy cariñosa a un grupo de profesores que denomino “los científicos”: Nevot, Gª Orús, Castillo, Zapatel,Tejada,... a todos, los mencionados y alguno más que no recuerdo, seguro que pusieron de su parte lo mejor para “hacer de mi y de mis compañeros, unos hombres de bien” como se decía entonces... vaya mi reconocimiento y más de mil gracias por su dedicación, esfuerzo y entusiasmo.

• De don Eduardo Nevot, joven profesor de Matemáticas, catalán,
recuerdo que en invierno daba las clases alrededor de la estufa, no había calefacción, y el humo y los logaritmos se mezclaban a partes iguales. Buen profesor, joven y pulcro, escribía divinamente en la pizarra con la mano izquierda, al tener la mano derecha “recogida”... por la polio. Un profesor muy competente y muy respetable...

• Don Antonio Gª Orús, químico en la Azucarera de Alfaro y que venía
al Centro con una sonora moto Guzzi y por el atronador ruido del motor sabíamos si habría clase... buen profesor de Química y buen enseñante... tenía una pierna “recogida” también por la polio... y cojeaba un poco. Tenía mucha clase, muy serio y muy respetado.

• Don Antonio Castillo, alfareño, Perito Agrícola y agricultor de familia,
también venía en moto Guzzi, roja y de sonido característico... estaba al cargo de las Teóricas y Prácticas Agrícolas y Ganaderas, ayudado por el bueno del señor Basilio, que nos gustaban mucho y eran muy entretenidas, ...era como salir al campo de excursión y, lo mejor, subirse al tractor alemán verde, era como subirse al tiovivo de Fiestas. Lo que nadie se explica, cómo no se produjeron más accidentes en el Campo de Prácticas o en los Talleres, por el gran riesgo que suponía las grandes máquinas propias para hombres hechos y derechos, y, en cambio aquí, estaban manejadas por alegres y traviesos jovenzuelos... Nuestro Ángel de la Guarda y un milagro nos salvó.

• Don Agustín Zapatel, joven veterinario de Cervera, se mataba por
enseñarnos la Biología y los microorganismos, las células y la reproducción microbiológica, el cigoto y el homocigoto, los espermatozoides y los óvulos, que, entonces, representaban un misterio inabordable para nuestras cabezas, incapaces de entender que unos bichos tan minúsculos dieran lugar a fenómenos tan grandes... Cosas inconcebibles de la Naturaleza... cosas que nunca nos logró aclarar pero lo pasamos muy bien.

• De don Raúl Tejada, químico de Castejón y Empresario de las
famosas “Lejías Nacar”, recuerdo que fue mi mejor profesor de Matemáticas, y uno de los mejores educadores de vocación que he conocido en mi vida, me marcó mucho, como no ha sabido hacer nadie, el gusto por esta abstracta ciencia de los números. Creo que venía al Centro en un pequeño coche, siempre trajeado y con sombrero. Todo un señor profesor. Sabía explicar admirablemente, sabía hacer amena la clase trasladando la teoría matemática a los ejemplos de la vida cotidiana... sabía atraer la atención de toda la clase aunque fueran temas muy conceptuales y raras teorías obligabas por el programa del curso. Buen carácter, severo, con autoridad y magnánimo. Sabía ser profesor y casi casi, un padrazo para sus alumnos.
Nunca en la vida me olvidaré de sus apuntes, perfectos, claros, didácticos, y siempre le estaré, querido don Raúl, muy reconocido. Gracias profesor, maestro y amigo.

15. Recuerdo otro grupo de profesores que llamo “de manualidades o talleres” que daban al conjunto de las numerosas asignaturas una animación más práctica y que, a pesar de no considerarlas de la importancia de las otras, pronto nos percatamos que tenían mucha.
Al paso del tiempo, a los años, pudimos ver que ensamblar una madera o arreglar el enchufe de una plancha, era algo muy práctico que agradecía mucho tu madre y daba muchas satisfacciones al que lo hacía, además, estas cosas nunca se olvidan, son cosas muy agradecidas y muy prácticas.

Por eso, vayan mis agradecimientos y mi recuerdo a aquellos sacrificados profesores que tenían que poner orden en los Talleres, entre una tropa joven, inconsciente e indómita.
Recuerdo con mucho afecto a
• don Eugenio Casas, del Taller de Carpintería; a
• don Joaquín Ausejo, del Taller de Mecánica; y a
• don Pedro Fernández, del Taller de Electricidad.

Nunca agradeceremos lo suficiente a estos esforzados profesores por su constante desvelo y dedicación para enseñarnos, entre otros cientos de cosas, a cortar, lijar y ensamblar la madera; a limar, cortar y soldar el hierro; y a pelar un cordón eléctrico, colocar el casquillo de una lámpara del flexo, montar el enchufe de un hornillo y otras maniobras eléctricas... No se puede pedir más, ¡ah! sin olvidar la instrucción teórica y el apoyo de nociones elementales de la física, el magnetismo y la electricidad... Gracias por todo, vayan mi grato recuerdo y el merecido reconocimiento para ellos...

16. Del Sr. Basilio, ayudante de don Antonio Castillo, en las prácticas de Campo, recordamos el tractor, la huerta de la florida, y las tardes al sol... sudando la gota gorda con la azada, haciendo canteros y limpiando ribazos... la paciencia que tenía el señor Basilio para que los rebeldes y alocados muchachos no hiciéramos algún chandrío y tuviéramos que lamentarlo... y eso se repetía casi todos los días, por norma... Un buen hombre, a pesar de padecer del estómago y tener fuertes dolores...

17. Tampoco se nos olvida el famoso y popular bedel señor Parra...
famoso por la autoridad que imponía al alumnado, mandaba más que el Director y los Profesores juntos, como si fuera el dueño absoluto del Instituto ... pero como el hombre estaba muy gordo y a su familia le apodaban “botellas” ... había una canción de moda que se la cantábamos a escondidas para hacerle rabiar. Decía algo así: “que le quiten el tapón, ... que le quiten el tapón, ... que le quiten el tapón,... al botellón, al botellón... ”... y el bueno de Luis se cogía unos enfados morrocotudos, y congestionado, hecho una fiera, sacaba una furia que no sabía dónde descargar... y nosotros, escondidos, nos moríamos de la risa,... cosas de chiquillos. Bromas aparte, fue un buen bedel, cumplidor de su deber y siempre en la brecha.

18. Mantengo vivo el recuerdo de las calles sin pavimentar, del barro cuando llovía, el juego de los pitones en los hoyos... y de la escasez de medios para estudiar: miseria de papel, de lapiceros - empezaban los bolis bic -, de los raídos atuendos, carteras y carpetas azules de cartón... zapatos gastados, abrigos, jerseys y pantalones raídos y remendados... de la pobre iluminación de las aulas, de la ausencia de calefacción, sólo estufas de serrín o troncos de madera... de los sabañones en las manos... y hasta de los mocos colgando en las narices de algún despistado...
No se olvidan los animados recreos en el patio ni las travesuras y las faltas a alguna clase... Tampoco las excursiones por las capitales: Logroño, Burgos, Zaragoza, Madrid... Barcelona... donde se visitaban las ciudades por vez primera y los primeros Monumentos de nuestra vida... Todo era novedad,... así que se nos ponían los ojos a cuadros ante tanto arte junto, tanta gente, tanto coche, tan grandes ciudades...

19. A nadie se le olvidan los ratos pasados en el futbolín del Bar Deportivo del señor Julián “el caguera”, así le decían... un personaje de lo más singular... por el olor característico del local, por el espejo en el que con “Blanco España” escribía sus sentencias... y sobretodo, por los artesanos y señoritos que comían gambas, percebes, berberechos y otros bichos raros,... algo desconocido en aquellos tiempos para la inmensa mayoría de los mortales... ¡qué envidia!... sólo barbos y madrillas del Ebro, chicharros y sardinas, eran la comida más popular y el arroz con pollo, la comida de un día de fiesta o de algunas Bodas en una casa normal. Eran otros tiempos, la posguerra civil...

20. Y como no es justo que sólo haya citado a Camilo, como alumno, amigo y compañero del Instituto, dedico este capítulo al recuerdo de otros compas, al que habría que dedicar más tiempo, pero ya lo haremos en otro momento.
Se lo merecen, porque, en definitiva, fueron la sangre que movió el corazón de este gran Proyecto, el Instituto Laboral de Alfaro.

Me limitaré a citar a los que primero tengo en la memoria, a modo de homenaje para todos, unos están y otros, por desgracia, se han ido.
Como si se tratara de un puñado de cerezas cogidas al azar, entresaco de la cesta estos queridos y entrañables compañeros:

• José Manuel Esquitino, el más listo de la clase,
• Agustín Zapatel, de Cervera, muy aplicado y buen dibujante,
• Andrés Aznar, un don Juan y un guaperas,
• Marino Urtubia, muy buen alumno, de mucha memoria, valía y mucho corazón, como su hermano chiquito “el Luisito”, q.e.p.d., vecinos míos de calle...
• su primo César Matute de Rincón de Soto, un cabezón, buen estudiante y muy formal...
• Ramón Mesanza, un alumno alegre y simpático,
• Isidro Galdámez, otro más alegre todavía y muy ligón,
• Armando Carbonell, “un salao” y un buen cómico, q.e.p.d.,
• Ángel Cepeda, buen escolapio, las hacía redondas, y tan tranquilo.

Y muchos más. Capítulo aparte la caterva que venía de fuera en tren, los de Castejón, “le pelos”, “el panas”... y muchos en bicicleta... los de Rincón de Soto, Aldea Nueva, Corella, Cintruénigo, Cervera... donde había tipos muy majos, chavales divertidos, inmejorables, que todavía recuerdo... también había otros famosos... famosos y memorables sólo por sus travesuras.
Es decir, como en botica, había para todos los gustos, eso sí, chicos buenos, todos blancos, del país, que no había llegado la inmigración... algunos un poco más morenos, los de Castejón porque, al parecer, se les pegaba el humo y la carbonilla de la Renfe... o no se lavaban lo suficiente. Esto del aseo personal tampoco había llegado, escaseaba el agua, los sanitarios, los jabones, las colonias... y, aunque estuviera helando, era proverbial la frase antes de empezar la clase: ¡abrid los balcones... que salga el tigre! Y, en pocos minutos, se disipaba el olor humano acumulado por veintena de alumnos durante una o dos horas de encierro.

Por encima de todo, quiero destacar el buen ambiente, la inmensa alegría y la total camaradería entre todos lo alumnos del Instituto... Aquello, con sus pequeñas miserias propias de aquellos tiempos, es y será sencillamente inolvidable.

21. Estás páginas son un borrador apresurado de lectura restringida a la solicitante, amiga y profesora Mari Jose Mnez. Landa, que valorará si deben salir de sus manos y en qué medida las quiere publicar. Ella es la dueña y señora...

Siento no poder dar más detalles y más precisos, de aquellos sucedidos porque, en la distancia de 50 años, sólo han quedado en mi memoria las cosas fundamentales, las más gordas, las que más golpearon mi pequeño y joven corazón.

Y, lo que me parece más emocionante, la razón por la que escribo con inmenso cariño estas letras, el hecho más grande que me ha ocurrido en la vida y que nunca podré agradecer suficientemente, es la alegría que siento de “poderlas escribir gracias a la creación del Instituto Laboral de Alfaro, a sus profesores y a todas las personas que lo hicieron posible. MUCHOS MILES DE GRACIAS”.

Unos años antes, en Alfaro, era impensable acceder a un Centro Educativo de este nivel, que nos sirvió de trampolín a unos pocos privilegiados para dar el gran salto a la Universidad y estudiar nuestras carreras con gran solvencia científica.
Entonces, que recuerde, sólo dos o tres universitarios había en la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Alfaro.



En Alfaro, Mayo de 2009

lunes, 29 de marzo de 2010

Fernando Ferreró

SALUDO, EVOCACIÓN Y DESPEDIDA Por Fernando Ferreró
Excelentísimas e ilustrísimas autoridades, queridos amigos, ¡Buenos días! Parece que fue ayer... Y, sin embargo, hace veintitrés años que no hablaba desde este escenario, a pesar de que mis visitas a Alfaro han seguido produciéndose con más o menos regularidad.
También vosotros habéis estado ausentes de estos espacios por largo tiempo. Quiero, pues aprovechar este encuentro para saludaros y desearos lo mejor.
Uno puede dejar en testamento sus bienes si los tiene pero los recuerdos hay que trasmitirlos en vida. Por eso quiero que mis palabras sean una bienvenida, una evocación y un deseo de felicidad.
Los elementos que voy a barajar son estos: primero yo mismo (y no por falta de cortesía al citarme el primero sino porque si no aparezco en escena no puedo hablar); segundo, el pueblo y el Instituto y tercero, los profesores, personal y alumnos del Centro.
Empezando por mí, diré que yo venía del Instituto de Benicarló donde había coincidido con doña Marina Bueso que había sido profesora en Alfaro. Así, pues, hubo entre ella y yo un cruce de destinos.
Hace de esto cuarenta y tantos años puesto que yo no asistí al nacimiento de este Centro. Tomé el tren un buen día en Zaragoza a las siete de la mañana y, por la alegre huerta del Ebro arriba, llegué a Alfaro a las diez (Cepeda, antiguo alumno y empleado de la RENFE, me ha corregido la hora que yo creía que eran las nueve).
La estación de Alfaro era bonita de un estilo campestre que entonaba con el paisaje. Desde ella , subía una carretera de frondosos árboles hasta llegar al Alhama. Cruzabas el puente y ya estabas en el pueblo. Había que subir por una empinada calle donde tomé contacto con el primer ciudadano local que me dijo que se llamaba o le llamaban "el Boni". Amablemente me coleó frente al edificio de la Abadía. Allí había un rumor de voces (Fernando Martínez Balmaceda me sugiere que ese año ya estaban los alumnos en el nuevo Centro. Entonces el rumor podía proceder de los que se matriculaban o del viento escaleras abajo o lo ha puesto mi fantasía).
Lo que es cierto es que entonces salí de aquel viejo y bello edificio hasta la farmacia de la Plaza de España, donde conocí a Teodoro León, Presidente del Casino, que tras los trámites necesarios, me hizo socio del mismo. De allí a la Fonda Zapatel, donde luego estuvo la Residencia de alumnos, a comer con unos cuentos profesores que residían en ella. Claro que a los pocos días me trasladé a la Fonda Pilar con otros profesores y el dentista Calvo Salazar. Aquí fue quedándome solo y residí hasta que Pilar Moreno se jubiló y bajó a casa de sus sobrinos
Los alumnos erais unos del pueblo y otros de fuera. Estos venían en aquellos primeros tiempos en los coches de línea o en bicicleta y tenían que esperar hasta la apertura del Instituto. En algún momento se abrió un aula para que no pasaran frío y estudiaran un poco.
Instalados, ya, en el nuevo edificio, las clases se iniciaron con la ilusión de todo comienzo. Se observaban en cuento a la obra defectos y ventajas. Entre los defectos, las enormes puertas de cristal orientadas al cierzo que apenas podían ser dominadas por los alumnos pequeños y tenían grave riesgo de acabar hechas añicos. Tampoco parecían muy indicadas las vigas de hierro al descubierto con amenazadoras aristas y las paredes con enlucido rugoso que arañaba a los inquietos inquilinos. Aún mayor defecto era la calefacción de aire caliente que se encendía a las siete de la mañana y llegaba a la mayoría de las clases a la hora de salida. Y no olvidemos los retretes colocados debajo del escenario, en una cota tan baja que estaban siempre llenos de problemas y de cosas peores. A cambio, era magnífica la huerta con sus instalaciones agropecuarias que nos daba un buen trasunto de la Naturaleza y permitía esparcirse en gratos paseos.
Pronto hubo una floración en el viejo edificio: las chicas que iban a estudiar Bachillerato. Los primeros años aquello era un pequeño caos pues se mezclaban las diezañeras que estaban en la edad justa para entrar y tenían la travesura propia de sus años y las que se incorporaban, dada la ocasión, con doce o más. Estas eran más serias pero tenían más aplomo para ejecutar alguna trastada. De todos modos está circunstancia daba animación a nuestras tareas.
Resumiendo, alumnos y alumnas eran "movidillos" como era natural y recuerdo algunas anécdotas que lo confirman.
Por ejemplo, yo insistía en el uso del diccionario y, algunas veces, antes de empezar la clase lo hacía enseñar colectivamente en alto. Un buen día, noté que había al final de la clase un diccionario extraordinariamente estrecho; era simplemente la tapa del diccionario del vecino de mesa que había sacrificado en un acto de compañerismo.
Otra vez, yo fui el involuntario protagonista del hecho. Estaba recién operado y la clase o estudio transcurría en un aula muy caliente y después de la comida; sin duda vencido por el sopor, di una cabezada que alguien aprovecho para hacerme una foto dormido que aún guardo, creo que complacido.
Hemos hablado de estudios pero también teníamos otras actividades: intercambios con otros Centros como el Colegio de Santo Tomás de Zaragoza o el Instituto de Tarazona. En estos actos, se jugaba un partido de fútbol y se confraternizaba.
Punto y aparte eran los "viajes de estudio" a Mallorca donde se pasaba "demasiado bien" y las excursiones de las que recuerdo una a Madrid en que los alborotadores acabaron echando la papilla al llegar los tramos virados del viaje aunque a la noche ya estaban en forma para
organizar un jaleo que no dejó dormir a los asilados de la planta inferior del edificio donde nos alojábamos. También inyectaron agua por la cerradura de mi cuarto pero mi cama estaba fuera de su alcance. Hubo otro viaje a Soria con parada en Agreda. En uno y otro sitio adoptábamos posturas teatrales de admiración ante los monumentos. Por fin en la dehesa de Valonsadero, vimos pinturas rupestres y tomamos el sol a pecho descubierto, como unos Tarzanes, a pesar de la nieve.
Y, ahora, precisemos: ¿Cómo era yo como profesor?... Para unos, bueno; para otros malo. La palabra creo que es atípico. Las clases eran de Lengua. Por ello mi preferencia era enseñar a pensar, a hablar, a escribir, a leer y, al final el análisis y la teoría. Vosotros erais traviesos; unos estudiosos y otros menos pero todos "buena gente". No puedo olvidar al personal administrativo y subalterno sin cuya colaboración nada hubiera sido posible.
Todo esto quedó atrás. Os veo cambiados aunque creo que alegres. Habéis adquirido responsabilidades. Antonino Burgos es Consejero del Gobierno de La Rioja y también lo es Arancha Vallejo, a quien aseguro que el cuentecillo sobre los políticos que hablaban y no decían nada es de Asimov, no mío, y que los protagonistas no eran propiamente políticos sino diplomáticos, son que esto sea hablar mal de este notable cuerpo pues la historia ocurría en otros planetas y en otros siglos. Así que puede estar satisfecha de su labor en la Consejería riojana que nos llena de orgullo a todos.
Quizá las situaciones que antes reseño, se dan ahora con vuestros hijos. Animadles y disfrutad con ellos de tan buenos momentos.
También hay un espacio triste del que hablar y es que, pasito a pasito, nos vamos saliendo de la foto y muchos ya lo han hecho. Un recuerdo para ellos y tratad de sentir su presencia entre nosotros.
Termino deseando lo mejor para el futuro y que un acto como este tenga lugar dentro de veinticinco años para las "Bodas de diamante" y, por si acaso, que celebremos entre tanto algunos otros que sirvan de cohesión y encuentro con cualquier motivo. ¡Hasta entonces!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Marino Urtubia Gonzalo


CURSO 1953-1954

PRIMER CURSO DE BACHILLERATO



EL AÑO 1953 ES UNO DE LOS AÑOS MÁS IMPORTANTES PARA ALFARO YA QUE EN EL TRASCURSO DEL MISMO FUE INAGURADO EL INSTITUTO LABORAL DE ALFARO.

En Febrero de este año y en el pleno del ayuntamiento de la ciudad de Alfaro del dia 28 presidido por el alcalde D.Manuel Navajas Llorente
T.alcalde D.Jose Mª Romanos Grande
D. Felix Soldevilla Jimenez
Concejales: D.Antonio Gurria Casas
D.Vicente Pascual Garcia
D.Luis Lamata Jimenez
D.Pablo Lapeña Malumbres
D.José Ignacio de la Torre Belsue
D.Fernando Bonafuente Castillejos
D.Victoriano Ruiz Ramos


Interventor D.Antonio Velasco
Secretario D.Gustavo Millán

Se aprueba la donación al Ministerio de Educación de los terrenos donde se levantaria el actual Instituto.
Llegado el mes de Noviembre y en el pleno del dia 7 del mismo año ya se trata de los nombranientos de los profesores y se les relaciona con las asignaturas a saber:
Matematicas- D.Eduardo Gutierrez Nevot
Ciencias N. D.Antonio Garcia Orus
Geografia e Historia Dª.Marina Bueso Bellot
Lengua y Literatura D.Jose Mª Diaz Gonzalez
Dibujo D.Jesús Pinilla San Veriano
Religión D.Manuel Izal Arigita
Formación Manual D.Antonio Castillo Milagro
F.E.N. y E.F. D.Emilio Bustamante Martin

Este mismo dia 7 de Noviembre empiezan las pruebas de ingreso y como no se presentan el número suficientes se van buscando posibles alumnos.
A mi, vinieron a que me presentara para el examen el dia 9 diciendome que hacia falta llegar a ser 30 alumnos como minimo y solo contaban con 24 aprobados del dia 7.
Completado el numero de 30 alumnos se pudo empezar el curso el dia 11 de Noviembre.
Como anécdota real les dire que entre los alumnos aprobados y que no empienza las clases estaban dos jugadores del club de futbol Alfaro Gangutia y Encuentra asi como un obrero de la fabrica de la Azucarera Calixto Garcia Ordoyo que pensaba podia hacerlo en turno nocturno.

Os dire que como pupitres tuvimos las mesas que muchos de nosotros luego las hemos visto en el baile del Fronton con las sillas plegables de madera .En algunas asignaturas sin libros de texto ,nada mas el programa del Ministerio de Educación y Ciencia.


Gracias al tesòn de todos los profesores haciendonos sus apuntes a multicopista, y a esos administrativos y ordemanzas Manuel Arpón Herreros y Luis Parra Marcuello fuimos desgranando dia a dia los contenidos de cada asignatura.
Los augurios de que el Instituto permanecieran eran muy inciertos ya que una mayoria del pueblo estaba en contra y no mostraba interes pero el esfuerzo y la valentia del alcalde D.Manuel Navajas Llorente que hizo que esta obra fuera hacia adelante.
Habia dichos para todos los gustos, unos decian que para que queriamos Enseñanzas Medias en Alfaro si los Hermanos de la Salle en sus programas la daban entera.
Otros decian que iba a ser un criadero de vagos ya que ninguno despues de estudiar en el instituto querria trabajar.
Asi a trancas y barrancas fuimos pasando el curso sin saber si habria continuidad pero ya en el curso 54 empezaron a venir remesa de material escolar lo primero que recibieron fueron los tableros de dibujo a continuación los pupitres y ya desaparecieron las mesas y las sillas pegables.
Terminamos el crso a primeros de junio del 54 con la satisfación de que ya habia matriculados 34 alumnos para empezar primero en el curso 54-55 el Instituto habia logrado su contimuidad.
Recuerdo que hicimos nuestra primera excursión con el itinerario:Alfaro-Olite-Pamplona -Sanguesa-Javier-Pantano de Yesa –Sos del Rey Catolico-Ejea de los Caballeros –Alfaro.
Nosotros pusimos la semilla y aunque algunos de nosotros terminamos los cinco años y la revalida ninguno de nosotros alcanzamos ninguna titulación superior pero temenos la satisfación de que el esfuerzo de entonces hoy se recoge como una gran cosecha.
La creación del Instituto Laboral fue y sigue siendo la OBRA mas transcendental e importante llevada a cabo en el siglo pasado en nuestra ciudad y que si llego a realizarse fue gracias al empeño y corazón que puso el alcalde.A èl le debemos hoy los alfareños (en gran parte)nuestra cultura y saber.

MUCHAS GRACIAS D..MANUEL


Marino Urtubia Gonzalo y todos los que empezamos el curso 53-54

lunes, 22 de marzo de 2010

Mª Carmen Lopez Saenz


Seguramente te acordarás mucho más tú del IES Gonzalo de Berceo que yo misma. Sólo pasé allí 4 años, aunque para mí fueron muy importantes, porque no estaba previsto que yo hiciera estudios no obligatorios.
Con otra compañera, Lourdes Sainz Ladrón hemos recopilado algunos recuerdos que tal vez te puedan servir. Nos gustaría mucho tener después acceso a los resultados que escribas.
-Respecto a los alumnos, gracias a la orla de esta promoción que me fue enviada a Logroño amablemente por el profesor D. Florencio Alonso, hemos recordado a Luis López que, en aquellos tiempos nos alegraba con sus canciones y su guitarra mientras nos invitaba a visitar su chalet de Cervera y a hacer estupenda excursiones por el pueblo, una vez incluso nevado. Fue un buen compañero, solidario con todos. Nuestra buena amiga, Anabel Martínez, el animado Juancho, carente de complejos y líder de muchos grupos, la que sería Vendimiadora Mayor en las fiestas Mateas, Margarita Soria, Pilar Hernández ("Piluca"), excelente alumna y ahora cuñada de la que suscribe y la tímida Margarita Fauste. Nuestro mejor y más triste recuerdo es para Ma Carmen Hernández, gran amiga, compañera ejemplar y excelente alumna con la que compartimos los mejores momentos de este periodo, tanto en el IES, como fuera de él. Nos dejó con 22 años. Un recuerdo también a la fallecida Cristina Navajas.
-Del periodo, no recordamos actividades extraescolares. Sólo las siguientes excursiones que nos marcaron: 1) Viaje de estudio a Palma de Mallorca (creemos que fue al terminar tercero de BUP). 2) Viaje de estudio a Salou al camping "La Siesta", con la jovial Ma José.
-Estuvimos allí desde 197 5 a 1979 (BUP y COU). Recordamos especialmente a profesores de la talla de Jesús Ayensa, por su amor a la filosofía. que supo transmitirnos y acercarnos, su forma de pensar, su cercanía a la adolescencia y al compromiso con el pensamiento libre. Recordamos con admiración y cariño a Edelmiro Zamanillo que trajo un aire académico de excelente nivel: profesor vocacional y volcado en sus alumnos y sus clases que nos hizo amar las lenguas y buscó interrelaciones entre ellas. La profesora Julia Navas demostró con nosotros su amor por la ciencia v su profesionalidad. Luego fui compañera de ella en el INB "Hermanos D "Elhuyar" de Logroño y seguimos siendo, tras su jubilación, amigas. "Chiti" no pasaba desapercibida entre los alumnos. La recordamos porque nos invitaba a su casa a merendar mientras ampliábamos nuestros conocimientos de física y química en horas extra¬escolares, sin salir del Paseo de la Florida y sus acogedoras casitas para profesores. Ma José Martínez, por su parte, merece nuestro recuerdo por sus innovaciones en educación física femenina, materia en la que nos animaba a crear coreografías.
No recordamos que existiera biblioteca en el IES. La casa Parroquial y, concretamente, D. Alfonso, cura párroco de San Miguel, nos prestaba libros que devorábamos. Recordamos la Cantina del IES, a la que acudíamos en los recreos en busca del bocadillo de tortilla que nos preparaba la madre de Ma Carmen Soldevilla.En fin. seguro que tú tienes muchos más recuerdos. pero tal vez te ayuden estos apuntes de dos chicas y acude a los docentes, en general. a recordar lo importante que es esta breve etapa para 'los- chicos y chicas que acceden a un Instituto en sus cruciales años de la adolescencia que ya no volverán nunca más.
Un saludo cordial.
Mª Carmen López Sáenz
Directora del Centro de la UNED en La Rioja.
Profesora Titular del Departamento de Filosofia de la U ND (Madrid). Doctora en filosofía autora de un buen número de artículos y libros especializados

Isabel Lavilla


Querido Instituto:
He recibido vuestra carta en la que me pedíais que removiera mis recuerdos, vivencias, nombres etc. y no os podéis imaginar como se me han agolpado en mi cabeza, ni yo misma era consciente de lo vivida que fue para mí esa etapa de mi vida.
Así que ahí va mi relato, porque escribir es algo que siempre me ha gustado.
De la uva sale el vino Y de la oliva el aceite Y del instituto salen ¡ay! Mujeres inteligentes. Del femenino se quejan Todos los profesores... Pero en el fondo comprenden ¡ay! Que somos de las mejores...
Ya no sé si me lo he imaginado o de verdad inventé yo la letra, por si acaso, no lo aseguro, de lo que si estoy segura es de haberla cantado en un montón de ocasiones, siempre que teníamos fiesta; esa y otras muchas canciones, porque me encanta cantar y sobre todo reír.
Soy Isabel Lavilla Martínez, tengo 52 años, soy de la la Promoción Femenina del Instituto, por entonces yo tenía 11 años, y toda una vida por descubrir. Empezamos en La Abadía. Hice todo el bachillerato. no era de las brillantes, pero sí trabajadora. Mi curriculum es:
A los 21 empecé la carrera de esposa en Tudela, aún no la he terminado estoy en ello, no tengo matriculas de honor pero voy aprobando; he conseguido muchos créditos. Pues he hecho varios master: administración del hogar (lo hago bastante bien); psicóloga familiar (se me da bien escuchar y hablar con los míos); enfermera (no dejo que nadie en casa se ponga enfermo); dietista (cuido de la alimentación de los míos con mimo); cocinera (mejor que Arguiñano); geriatría (he cuidado a mis suegros con mucho cariño y paciencia); relaciones humanas (se me dan muy bien, tengo amigos estupendos); soy secretaria de mi marido, del tema "papeles" me ocupo yo; aparte de pintora (de brocha gorda claro), electricista y un poco de fontanería...
La carrera de madre la empecé a los 23, esta también es difícil pero gratificante, requiere un esfuerzo extra, pero queda pagado con un solo beso, una sonrisa o
un te quiero mamá, he sido y sigo siendo catequista de mis dos hijos desde la la comunión hasta confirmación, todo un proceso que nos ha enriquecido a ambas partes. Bueno quizás os preguntéis porque os cuento todo esto, pues bien, haber si me explico, soy una persona honesta, alegre, trabajadora y trato de ser cada día mejor persona porque de alguna manera vosotros mis profesores y mi familia, por supuesto, influisteis en mi vida y soy el resultado de ese proceso, me educasteis en valores, mi familia me inculcó el amor, mi forma de ser ordenada, el ser yo misma, la fe en Dios y otros muchos que no voy a enumerar, y vosotros profesores, la responsabilidad, el trabajo, el compañerismo, el respeto.
Mi familia y mi instituto fuisteis pilares en la formación del edificio de mi persona, ha habido mas pilares en mi vida. pero estos fueron fundamentales y así lo siento.
Me preguntáis si recuerdo profesores, pues creo que los recuerdo a todos, así como el pastor conoce sus ovejas, ellas también lo conocen, los recuerdo con sus peculiaridades, que no se ofenda ninguno, los recuerdo con cariño:

Luis Álvarez Dieste (mi profesor de francés)
Pilar Novales (me gustaba mucho y también a Fernando)
Fernando Ferrero (era genial)
Raúl Tejada (quería más a los listos)

Chiti (física y química, y sus historias)

Rafael Huerta (dibujo)
Antonio Sanz (estricto con las normas, sobre todo odiaba los lapiceros que se quedaban pequeños)
Antonino (historia, imponía respeto)
Milagros Larraz (latín, como se lo curraba)
Matilde Romanos (que tablas de gimnasia)
Mª José Martínez Landa (sustituyó a Matilde, v lo hizo estupendamente)
D. Narciso (religión)
D. Manuel Izal (para mí entrañable)
Mª Luisa Martínez Milagro (geografía, era buenísima)
D. José Ramón (nos explicó el tema de la reproducción con las ovejitas)

A mis compañeros también los recuerdo, algunos no los he vuelto a ver, a veces pienso en ellos, me encantaría volver a verlos y saber de sus vidas. Recuerdo a muchas compañeras del Amor Misericordioso, que cosas nos contaban, que vidas tan complicadas tenían. Yo les escuchaba historias muy tristes pero enseguida las animaba y pasábamos de la tristeza a las risas a velocidad de vértigo.
También recuerdo a los que subían de Castejón, a los de Rincón (que brutos eran, mira que para decirlo yo). Algunos de ellos, son mis mejores amigos actuales, la amistad que empezó entonces sigue.
Os podría enumerar a muchos pero no sé si debo hacer lista pues seguro que me dejaría a bastantes. Me duele recordar a mi queridísima amiga Carmela Francés, murió al dar a luz a su hija Raquel, me emociona mucho pensar en ella nos queríamos muchísimo, flor firme y serena fuiste, toda tu vida buena, hiciste la dicha de todos con tu callada apariencia, mas tu muerte bien sonada fue, pues diste tu la vida para que ella pudiera nacer, es la primera vez que digo a nadie este poema que escribí el día que murió, salió de mi alma tal y como lo sentía, lo siento, esto me duele, pero ya está superado.
También hice un amigo muy especial y sigue siéndolo, Rubén Gonzalo Espinosa, mi amiga de siempre Ma Jesús Álvarez, mi amigo Miguel Castillo que nos decía que se iba a ir a un barco y le decíamos: ¿pero si eres carnicero, de dónde te ha venido la vocación'?, por cierto, es capitán de barco. Emilio Barco que debe estar por el gobierno de Logroño, creo, Aznar el más listo de clase, Pedro Carretero, Elisa Aguirre, Belén los Santos, y un largo etc.

Recuerdos:

La Abadía y como hacíamos el pino en los baños a todas las horas, nuestros cambios de ropa para la gimnasia, el patio, los partidos de baloncesto con sus faltas (yo a montones), los partidos de balón prisionero, las carreras. Y también si alguien me recuerda, mis canciones de Manolo Escobar en las duchas, en la barra de equilibrio, en cualquier sitio, mis chistes, mis imitaciones de Rodríguez de la Fuente, de Alfonso Sánchez el locutor de televisión, y de muchos más.
Mas tarde nos pasaron al instituto con los chicos, que movidas hasta que nos pusieron juntos, que novedad entonces, como nos gustaba estar con ellos y como nos molestaban cuando ya estaban con nosotras.
Me preguntáis si recuerdo algo de las instalaciones del centro, pues recuerdo el gimnasio, los potros, el plinto con muchos cajones, la cuerda para subir, eso era hacer gimnasia... ¡ah! Y la profesora por delante, y las tablas de gimnasia ...Y...uno, dos, Y...tres, cuatro, ja, ja, ja.
Recuerdo las aulas, las ventanas a la izquierda y los armarios empotrados a la derecha, y con sol, mucho sol. Los pasillos con mi amiga Chus, muertas de risa. Hubo un tiempo que nos llamaban S. Felipe y Santiago por eso de ir juntas a todo, debía ser. Pero no soy capaz de recordar más que vagamente secretaría y la capilla para nada. Será que mis vivencias fueron más con las personas que con las cosas.
Recuerdo a Parra, nuestro celador, los recreos en la Florida.
Recuerdo las recomendaciones de nuestro profesor de matemáticas, "estudiar siempre con papel y lápiz". Y la de lengua, "el diccionario siempre al lado". Estas frases se las repetí incansable a mis hijos, cuando me preguntaban que significaba esta o aquella palabra, ya sabían de antemano la respuesta, "BUSCA EN EL DICCIONARIO
Son cosas que se graban a la vez que esos valores que hemos ido adquiriendo, en el conjunto de nuestras vivencias y experiencias.
Recuerdo a Ferrero gritándonos "BURRAS..." si seguís así vais a trabajar limpiando los váteres en la fábrica de chorizos Revilla. El puntito que dibujaba en la pizarra, diciendo, aquí están ustedes junto al más tonto del mundo, y otro punto en el extremo contrario del encerado, y nos decía, aquí alejado de ustedes YO. Cuanto nos hemos reído imitándolo gritando y cuanto le queríamos a pesar de sus rarezas. Era su forma de dar la clase lo aceptábamos así, sin más, nadie se acomplejaba, ni traumatizaba, se dirigía al conjunto.
Si soy- sincera os diré que puede que también habría cosas negativas, decepciones, momentos tristes, relaciones que no resultaron, fracasos. Pero la verdad es que mi memoria los ha borrado y solo me han quedado los momentos especiales, lo entrañable, lo mejor de aquella etapa, en la que aprendí que todos somos diferentes, únicos, que todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, que no se debe juzgar a nadie, que siempre debemos ponernos en lugar del otro.
Aprendí a ver lo mejor de los demás. Aprendí que los listos no son los mejores. Aprendí que no se debe menospreciar a nadie. Aprendí que trabajar era lo más importante si querías superarte. Aprendí que en la variedad de un grupo está la riqueza.
Aprendí a distinguir a un amigo, de un compañero, de un conocido...
Aprendí a encajar las contrariedades, que a todo el mundo no le puedes gustar, y a perfilar como quería ser yo el día de mañana.
Aprendí o mejor dicho entendí que todas las personas que he conocido forman parte del entramado de mi vida y eso en conjunto me encanta.
Yo os quería profesores y fuisteis partícipes de la construcción de lo que soy ahora, gracias por ello.
Bueno espero que mis vivencias os sirvan para cual sea el objetivo por el que se me ha enviado esta carta, me alegro de que hayáis recordado mi nombre. Siento no poder ayudaros con las fotos, eran tiempos en que eso era un lujo, seguro que algún compañero/a tienen alguna, me encantaría verme en alguna.
Un abrazo enorme para todos los que me conocieron y sobre todo para ti Ma José, mi enhorabuena, que tengas una feliz jubilación, te la mereces.
Firmado: Isabel Lavilla

miércoles, 17 de marzo de 2010

Reyes Varea


PROMOCIÓN 81-84

ADMINISTRATIVO


Bueno, voy a intentar recordar con detalle aquellos 5 años que estuve estudiando en Alfaro, y que tanto llegaron a calar en mí como persona.

PROFESORES

Respecto a los profesores, tampoco es que recuerde muchos nombres, porque con el paso de los años, si no los vuelves a ver, se terminan olvidando.
• Recuerdo a Teresa Ayuso y Mª Carmen San José, que siempre iban juntas, y me daban Mecanografía y Prácticas de Oficina. Como personas, siempre mantenían unas distancias, que nosotras como alumnas percibíamos. Como la mecanografía, se me quedaba corta porque tenía muy buena velocidad, me compré un libro de Taquigrafía y le dije a Tere que me enseñara, porque quería aprender a escribir Estenotipia, como las señoras que veía en la televisión, escribiendo muy rápido en el Congreso, pero no se lo llegó a tomar muy en serio.
Cuando terminé de estudiar, creo que me dediqué a dar clases de Mecanografía, porque como sus clases eran tan monótonas y aburridas y a mí me gustaba tanto lo de las máquinas, pues yo ya tenía mis propias ideas sobre esa asignatura, fue cuando las pude desarrollar,
Al cabo de 25 años puedo decir que no me equivoqué.
• Recuerdo a Irene que nos daba Contabilidad, Estadística, y alguna asignatura más. Era seria y exigente, pero aprendíamos con ella una barbaridad. Para contrarrestar dicha seriedad, lo compensábamos con hacer indagaciones de su relación con Roberto, ya que en esos años empezaban a salir, y a nosotras como chicas, esos cotilleos nos gustaban.
• ALONSO, nos daba matemáticas Financieras, yo creo que solo me dio un curso porque después creo recordar se metió en la política, y pidió excedencia.
• Mitchu, que era la de Francés, que la recuerdo muy bohemia, pero que aprendí muy poco de su asignatura, cosa que ahora me pena un montón.
• Don Narciso, Religión, era buena persona, pero.....
• La que sin duda, fue mi mayor referente, bien sea porque era muy joven, o porque era una de las asignaturas más distendidas. Nos daba Gimnasia y fue Lourdes Castillo. Con ella manteníamos muchas conversaciones, y eso como jóvenes adolescentes, nos marcaba. Tanto, que vino a mi boda, y siempre que nos vemos, hablamos de cómo nos va profesional y personalmente.

ACTIVIDADES

Recuerdo pocas excursiones. Solo una de una semana de intercambio a un pueblo de Francia, que creo que fue en 2º de Administrativo, para aprender y perfeccionar el francés. Tuvimos que pagar toda la semana, y en aquellos años fue un esfuerzo bastante grande para mi familia, pero como la idea era el aprendizaje..., pero visto ahora desde esta perspectiva de adulto, no fue muy enriquecedor.

COMPAÑEROS

Recuerdo muchos, porque convivir durante 5 años con las mismas personas, termina marcando tu recorrido de vida.
Eran de Cervera, Aguilar, internas de Sorzano que estaban en el Colegio Amor Misericordioso, Alfaro, Aldeanuela de Ebro, Fitero, Las Casas.
3 de mis compañeras, también fueron a mi Boda, en el año 89.

INSTALACIONES

• Recuerdo que el primer año me quedé en el Comedor que había en el centro, ya que había clases por las tardes, y teníamos que comer aquí en Alfaro.
• Me acuerdo que había una piscina, que no entendía para qué servía, un gimnasio, que aunque no estaba muy logrado, para hacer las actividades que nos proponían, sobraba. Recuerdo que me gustaba mucho jugar a voleibol, más que las espalderas.
• Toda la parte que había detrás del gimnasio, creo que eran aulas de laboratorios, y que estaban los químicos, y nos llamaba mucho la atención, porque había un profesor, que no recuerdo como se llamaba, con gafas, barba y siempre con una bata blanca que hacía muchos experimentos, y eso me sorprendía.
• En esos años, estábamos separados FP de Bachiller. Y recuerdo que había siempre una rivalidad, porque en aquel momento, el centro de BUP y COU parecían tener más prestigio que el de FP.

En resumen, guardo gratos recuerdos de esos años. Para mí, como persona, el hecho de venir de un pueblo pequeño a estudiar a uno más grande, te hace ver las cosas desde otro punto de vista más amplio.
Después de los años, me casé en Alfaro y creo recordar que en el año 92-93 se preparó un curso para acceder al Título de Auxiliar de Clínica, y volví a ir por las tardes al centro, durante un año

Antonio Marin Perurena


Hola Mª José espero que esto sea como el refrán “mas vale tarde que nunca”.

Por tener un hilo conductor mi relato comenzará cronológicamente, aunque como es normal tengo mis lagunas.
Mi primer recuerdo del Instituto es en su periodo de construcción, que los domingos y días de fiesta jugábamos al escondite mientras duraron las obras tanto del instituto como de las casas de los profesores.
Como alumno, mi primer contacto con el Instituto es el examen de ingreso prueba de nervios pero no resultó complicada, recuerdo que un cura llamado Don Santiago me pregunto en esa prueba si conocía alguna ciudad española a parte de Madrid que hubiera sido capital de España yo no recordaba pero a tun-tun le dije Burgos, el sacerdote me contestó que no se refería a esa ciudad sino a Toledo.
Como sabes en esa época comenzábamos el primer curso a la edad de 10 años, recuerdo profesores como Don David, Don Manuel el cura, Don Rafael que impartía dibujo, Don Jesús Palacios, etc… En ese curso recuerdo las clases de Educación Física con José Luís apodado “el cometa” que debido a su formación de paracaidista casi nos instruía militarmente, incluso algunos ejercicios que realizábamos eran los mismos del servicio militar.
Como olvidar aquellos ejercicios gimnásticos en el campo de fútbol, con una banda de color sobre la camiseta de gimnasia el día de Santo Tomas de Aquino. Este campo de fútbol estaba donde está situado ahora el Colegio Público San Ezequiel.
Ese año en Santo Tomas, se jugó un partido de fútbol amistoso y participó no se si con nuestro equipo o contra nosotros Javier Tejada hermano de Raúl, en una de las jugadas le propinó un patadón muy fuerte al balón con tan mala suerte que le golpeó a mi amigo Vicente Martínez Heras quedando en el suelo sin sentido. Rápidamente trataron de reanimarlo, pero en un principio no respondía, hasta que por fin comenzó a toser y recuperar poco a poco el sentido.
Recuerdo a una “Chity” explicando en clase y relacionando algunas cuestiones con sus amigos o novios, a los cuales se refería con cierta frecuencia. De esta profesora a la cual recuerdo con cariño tengo que decir que las prácticas de laboratorio que realizábamos en Ciencias o en Física siempre le salían bien, cosa que no sucedía con otros profesores.
Fernando Ferreró profesor que nos enseñó a saber leer un periódico, y que en alguna ocasión en su afán de transmitir conocimientos y cultura en general nos hablaba de la técnica del Yoga y realizaba alguna postura en clase, con el consiguiente regocijo nuestro y la sorpresa que ello suponía.
La biblioteca poco visitada por nosotros, situada donde ahora están las oficinas, concretamente los archivos de la oficina.
Las oficinas con Manolo Arpón como administrativo, situadas donde ahora están los materiales de la limpieza, justo debajo de las escaleras que suben a la aula de música y las salas de visitas.
Años infantiles y juveniles donde descubrías un mundo totalmente nuevo con un profesor de Lengua que era el juez de Alfaro y que en algunos momentos de indisciplina te hacía poner la mano para golpearnos con una regla como castigo. Lo primero que hacía este caballero era elegir delegado de curso y le regalaba al delegado una libreta y un lápiz, para que fuera apuntando lo que el le mandaba. Recuerdo a este profesor-juez realizar algunas preguntas y si fallabas, le ordenaba al delegado que apuntase en la libreta un cero y en ocasiones mandaba así “apúntele a este señor veinte ceros y enséñeme la libreta” que para ese menester le había regalado. El delegado como era lógico le apuntaba al susodicho alumno los 20 ceros.
En otra ocasión Don David que nos impartía geografía universal le preguntaba a un alumno por Canadá, el pobre estaba fuera de onda y no se acordaba de nada, el compañero que estaba a su lado le chiva en voz baja, que uno de los recursos de esa nación era el bacalao, el profesor le pregunta ¿de donde se obtiene dicho bacalao el alumno le responde “de las minas” genial.
Otros profesores no dejaron en mi gratos recuerdos, pero prefiero olvidarlos. Recuerdo al profesor de Francés preguntando a un compañero mío de Soria, en tercero de bachiller, sobre los instrumentos o utensilios de cocina en francés, el pobre ni idea, el guasón de turno que se ponía en clase justo detrás de este soriano le chiva y el pobre repite literalmente: el cuchillé, la cucharé… y el profesor sin dejarle terminar le dice: si y el tenedoré.
Como puedes ver a esa edad éramos algo incautos.
Los talleres de carpintería, del cual era profesor Don Eugenio Casas apodado por nosotros “el virutas”. Don Joaquín Ausejo profesor de mecánica, posteriormente compañero y contador de chistes, por último en esta área, el taller de electricidad impartido por Pedro Fernández.
De este profesor, recuerdo en sus clases que coincidían con el medio día (12 horas), interrumpir la clase para hacernos rezar el ángelus, también tiene en mi memoria la mayor bofetada que yo he visto pegar a un alumno de tal manera que lo derribó al suelo como si fuera un muñeco, seguido se percató de lo que había hecho y le pidió perdón al alumno y a la clase.
Otra anécdota. Don Antonio Sanz profesor de dibujo, estaba realizando unos dibujos topográficos con tintas de diferentes colores, no se si te acordarás pero eran unos tinteros pequeños de cristal, cada uno de un color diferente, se acerca “el churrero” a realizarle una consulta y le dice el profesor: por favor retírese que me va a manchar la lámina de dibujo, el alumno apremiado por la falta de tiempo vuelve a insistir sobre su duda, el profesor repite lo mismo, tenga cuidado que me va ha derramar los tinteros, el alumno espera unos segundos y vuelve a la carga con tan mala suerte que derrama algún tintero encima de la lámina del profesor. No te puedes imaginar que cantidad de improperios le dijo el profesor al alumno acompañado de alguna torta, empujón y golpes que este profesor fuera de sí le propinó al pobre churrero. Otro recuerdo de este profesor es el estar dibujando dos noches seguidas sin dormir, para poder entregar la lámina de dibujo lineal de fin de curso a tiempo. “La famosa llave de paso”.
Recuerdo en alguna ocasión funciones de teatro leído en el salón de actos por cierto para esa edad era un auténtico rollo, así como en cierta época de estudiante la proyección de diferentes películas prestadas por las embajadas de algunos países las cueles para mi fueron extraordinarias.
Un recuerdo que en aquella época me impactó, fue la construcción de un pequeño cohete que se lanzó al espacio desde el campo de prácticas agrarias y atado con una cuerda fina para que no pudiese caer fuera del instituto.
Respecto a la fábrica piloto recuerdo a Pedro Ruiz Felipe enseñándonos los diferentes procesos en la conservación de los alimentos así como a Jesús Palacios enseñándonos los corderos, cerdos, los sementales etc..
El DEUZ tractor épico refrigerado por aire como reza en su carcasa, único tractor que yo he conducido, con acelerador de pedal y otro de mano. Al pobre Basilio capataz del campo de prácticas con más paciencia que el santo Job, tenía que aguantar la juventud de los alumnos con sus ganas de divertirse sobre todo al aire libre y en ocasiones las ordenes de los profesores.
Las clases eran muy numerosas, en segundo y tercero mas de 50 alumnos por aula, la calefacción una estufa de butano, necesaria las primeras horas de clase, pero luego con tantos alumnos por aula teníamos calefacción humana.
Mención especial para un bedel que no lo conocí mucho, Heliodoro, persona que en varias ocasiones me tocó ver, incluso colaboré con el en horas de taller, realizaba todo tipo de reparaciones, eso si que era un bedel. En lo que yo lo conocí estaba siempre de buen humor, cuando te reprendía lo hacía como un padrazo. No puedo opinar lo mismo de otros, que en algunos casos parecían policías demostrando mas autoridad que los profesores incluso que el equipo directivo, castigando a los alumnos sin ser escuchados por profesor alguno y si te negabas a cumplir sus castigos, entonces lo comentaba con el profesor que le parecía, con el fin de que te obligase a cumplir dicho castigo. En cuanto al tema de las pequeñas reparaciones mejor que no las hicieran, por que el ingenio y la habilidad no es un don que tenga todo el mundo.
La piscina, que delicia bañarse en mayo y en junio. Como es lógico, debido al horario de clase y a la coincidencia de cursos, teníamos un tiempo corto y limitado para bañarnos, pero era un buen rato donde los compañeros nos gastábamos bromas y lo que allí se oía eran risas y gritos. Por la noche algunos alumnos nos bañábamos en verano, pero siempre con miedo y a escondidas ya que muy cerca vivía el capataz y su familia, uno de nosotros se quedaba vigilando y en cuanto notábamos algo, ruido, luz, etc avisaba y todos a correr.
Esta piscina se llenaba con agua de boca, por medio de una tubería de hierro de dos pulgadas lo cual hacía que el tiempo de llenado fuese de varios días, se nos hacía eterno. Al cabo de ciertos años se suspendieron los baños, ya que las exigencias legales e higiénicas hacían casi imposible su utilización.
Otro recuerdo agradable fue la profesora de matemáticas, “La Toya” esta profesora además de sus clases muy bien impartidas por cierto, era guapa y aunque yo era un crío recuerdo como se referían a ella los mayores, con frases mas o menos afortunadas, mas o menos groseras pero todas en sentido positivo de su físico.

PROFESORES QUE ME DIERON CLASES:
Doña Mª Luisa
Don David
Don Rafael
La Toya (perdona pero no recuerdo su nombre.)
Don Manuel (el cura)
Don Pedro Fernández
Don Eugenio Casas
Don Joaquín Ausejo
Don Félix Arbizu
Don José Luís (el de gimnasia)
Don Emilio Bustamante
Don Jesús Palacios
Don Raúl Tejada
Don Pablo Bretón
Don Antonio Castillo
Don Antonino Burgos
Don Luís Álvarez
Don José Ramón Baroja
Don Fernando Ferreró
Don Antonio Sanz
Profesor disciplinado, organizado, Don Antonino Burgos, sus clases siempre estaban llenas de contenido, sus exámenes corregidos a tiempo, un buen profesor, tal vez le faltaba un poco de humor, de chispa pero te enseñaba.
También nos dio alguna clase práctica de agricultura y del tractor Don Basilio
Durante unos meses nos impartió clases de francés la hija de Don Benedicto, la pobre entró el primer día hablándonos en francés, solo en francés, no le entendíamos casi nada, cuando pasaron algunos días y se percató del nivel que teníamos nos daba las clases en castellano

Manolo Moreno


Querida Mª José:

Te mando algunos recuerdos mios del instituto. en el periodo correspondiente a los años 1963-1970
Tengo un especial recuerdo para los chicos que por aquella época venían a cursar sus estudios en nuestro centro , por caminos y carreteras( !Que caminos y carreteras ¡), desde diferentes pueblos: Rincón de Soto, Aldeanueva de Ebro, Casetón, Cintruénigo, Corella,....., todos los días del curso y durante años ( algunos durante siete años y desde los diez de edad hasta los 17 ò 18 que comenzaron sus carreras . Yo también fui los siete años en bicicleta, pero solamente me costaba ir 3 minutos desde mi casa en Alfaro, después de tomarme el chocolate o los flanes que me preparaba mi madre. Todos los días cuando llegaba con la bicicleta tocaba el timbre, osea, cuando me veían llegar algunos decían -a formar-, porque en aquellos tiempos formáramos por cursos y entrábamos a las clases en fila.
( Ahora te escribo algunas anécdotas, que ahora recuerdo). Una de Don Antonino en 5º curso de Bachillerato en la asignatura de Geografìa Económica......Nos dictaba los apuntes y recuerdo que copié " Importaciones del Sáhara Español : importa todo....., exportaciones del Sáhara Español, devolución de los envases de los productos importados..". Todavía me acuerdo que no movió músculo, con la mano en el mentón e impasible......., fuí de los pocos que entendió la sutileza de lo que dictó ( a los pocos años se empezaron a explotar los fosfatos, y ya hubo intereses, Hassan, Independencia, problemas ,Frente Polisario. hasta nuestos dìas......
Otra de Don Jesús Palacios en sexto curso en la asignatura de Conservas Vegetales. Don Jesús , se emborrachaba hablando, y en una ocasión (cientos de veces nos hablaba de su viaje a Italia, concretamente a la ciudad de Parma, donde fueron varios profesores, ciudad con una importante industria alimentaria, en especial una fábrica de conservas de tomate, sobre la cual puedo dar alguna conferencia de los muchos recuerdos que tengo de lo que hablaba de ella,al grano....... " el río que pasa por Parma ( dice Don Jesús) está por debajo del nivel del mar,..... ( yo intervengo y le digo)
Don Jesús, entonces como desemboca en el mar, ¿ por medio de sifones ?,....se le contrarió un poco el gesto y no me respondió. Tengo que añadir, que durante el resto del curso y al año siguiente que también nos dió clase, siguió hablando de su viaje a Italia, de la ciudad de Parma y de la fábrica de conservas de tomate.....
Otro recuerdo que tengo, es de Don Fernando Ferreró, allá por cuarto o quinto de Bachiller, nosotros con 15 o 16 años, nos dijo, en una de aquellas clases de iniciación a la lectura y yoga en la silla y la mesa , " para mí ( dijo Don Fernando ), el sexo ocupa el cuarto lugar entre mis prioridades .......", ni yo , ni el resto de mis compañeros lo podíamos comprender en aquel entonces , con las hormonas en ebullición, pero aún ahora me resulta difícil entender por qué para él el asunto estaba en cuarto lugar.....

Otra relacionada con el personal no docente y temporal. Me lo contó el obrero que ayudaba a Basilio (el padre de Jesús Aguirre ). En aquellos tiempos teníamos piscina ( donde está actualmente el olivo ), era verano, el obrero había trabajado en el campo , estaba cansado , era ya mediodía y se metió desnudo en la piscina. Estaba tan contento el hombre, cuando de repente aparecieron tres mujeres, la madre de Jesús Aguirre, la mujer de Manuel Arpón ( Administrativo de la oficina y cuya mujer estaba de muy buen ver) y otra señora. El tiempo transcurría, una hora, dos horas, casi tres horas , hasta que la mujer de Basilio, que tenía mas confianza con el mozo, le dice : " ¿pero XXX, no te cansas de estar tanto tiempo metido en el agua? ¡ no!, (le responde XXX), ¡que me gusta mucho el agua!, así estuvo el mozo, unas 4 o 5 horas sin salir de la piscina.
Una de primero de Bachillerato con Don David Ramírez , en la asignatura de lengua española. Teníamos que estudiarnos la lección , aprendernos bien los resúmenes y luego nos sacaba a uno u otro a preguntarnos los resúmenes. Un alumno X ( bastante cortico por cierto) es llamado a dar la lección. Le pregunta tal cosa y el alumno, que se había aprendido los resúmenes como un loro le responde "... el adjetivo es aquella parte de la oración que.........., como en los ejemplos anteriores". Don David le dice un tanto socarrón, " ¿ que ejemplos anteriores?

Javier Fustero


Los principales recuerdos de los cursos 1966-67 y 1967-68.
Vine a Alfaro para cursar dos cursos de bachillerato laboral superior(especialidad conservas vegetales.) 6º y 7º
Profesores:
Mª Concepción Diez Taboada.”Chiti”. Fisica y Quimica
Fernando Ferrero.- Lengua
Luis Alvarez Dieste.-Frances
Raul Tejada.- Matemáticas
Antonio Sanz.- Dibujo
Antonio Castillo.- Industrias Agrarias
Joaquin Ausejo.-Taller
Recordaré mas.

Ademas de los estudios creo que merece la pena que te cuente que mi curso con el fin de recaudar fondos para irnos de viaje de estudios. Nos dedicamos a muchos trabajos como por ejemplo:
Recogida de sarmientos ”sarmentar “ en las fincas de Yerga del Escudero.Trabajar en la sillería del Arpón.Podar frutales en la huerta de Gurría (no se si dieron mas fruto). Rifas de cochinillos vendiendo números por todas las casas del pueblo.Y sobre todo representamos dos obras de teatro una cada año dirigidas por “el ogro” q.p.d. D. Antonio Sanz.
La primera obra era una comedia divertida que se titulaba “Con la vida del otro”
Como nos salió bastante bien D.Antonio quiso hacer una obra seria que se titulaba “crimen perfecto”.
Con esto financiamos el viaje de estudios y nos fuimos a Paris, con el autocar del “gorrete” con un pasaporte colectivo para viajar a Lourdes de tres días. Estuvimos 8 dias. Todo ello dirigido por D,Luis Alvarez Dieste. Nuestro profesor de francés.

Tengo fotos de estas obras y del viaje a París. Ya me dirás como quieres verlas.

Saludos.

Raquel Gáldamez Peña


Una laringe estentórea y arcana expelió con funesta iracundia gigantescos baladros". Este es el primer y peremne recuerdo del instituto. Un serio profesor de lengua nos daba la bienvenida con este texto tan peculiar. Todo era diferente, las clases, los amigos, los educadores, el patio...empezaba la etapa más crucial de toda persona, la adolescencia y con la perspectiva que nos da el tiempo veo que ha sido tremendamente enriquecedora. Lamentablemente, aquel profesor de lengua que me enseñó a amar la literatura, la gramática, la poesía, hoy no está presente, pero a Antonio le dedico mi gratitud por cuanto me enseñó (¡llegué a aprenderme de memoria un montón de poemas!). Él estaba muy contento con nosotros, porque fue tal el impacto de ese primer texto, el de la laringe, que de él salió un grupo de música llamado: FUNESTA IRACUNDIA y eso le hacía sentir muy orgulloso.
Recuerdo también con especial cariño el viaje de estudios que hicimos a París, Brujas y Bruselas, qué experiencia, un grupo de adolescentes hormonados en su primera incursión europea, exaltación de la amistad para siempre. Exprimimos el tiempo para sacarle hasta el último segundo de aprovechamiento, queríamos ver todo, de día, de noche, museos, discotecas... Desde entonces hemos hecho alguna reunión al cabo de los años y parece mentira pero la vida nos ha dado una vuelta de campana a casi todos, ya somos mayores...
Los ratos de la cantina también son de destacar, ahí aprendí a jugar al mus, como la mayoría. Era el punto de encuentro.
Aún mantengo a los amigos de entonces, con la salvedad de que ya no tenemos acné. Sé que hay muchos profesores a los que nombrar, pero yo especialmente tengo mi mejor recuerdo con Antonio así que en su nombre saludo a los demás. Matemáticas, con Alejandro eran mi pesadilla, química también, historia y lengua me encantaban y religión era la más distendida...
Han pasado ya 15 años desde entonces y ahora con la tranquilidad que me da ese devenir del tiempo considero que el instituto supuso para mí una época enormemente fructífera, he disfrutado mucho de esos años y doy gracias porque me ayudó a enriquecerme personalmente. Ahora soy enfermera, vivo en Zaragoza y siempre que vuelvo al pueblo y paso por mi instituto esbozo una amplia sonrisa. "

Jose Roman Galdamez Peña


Una vez por el instituto.

Hará ya unos diez años que, una generación como la mía, dejamos el instituto, diez años que dan para mucho. Muchas historias se nos habrán olvidado, muchas mejor no contarlas, pero siempre recordaremos algo que nos resulta muy cercano. Las memorias que yo comparto aquí para muchos no tendrán sentido pero para unos pocos es nuestra contribución a la historia del instituto.

Nuestro primer año, ya entramos con grandes cambios. Aquellas construcciones que por fin unían el pasillo de los FP con los de Bachiller. Aquel fue un año de conocer nuevas caras, de gente foránea (nuestro universo se extendía ya hasta las Casas o Cabretón!!!), de piques entre los tres grupos de primero y de un libro, El camino.

A segundo avanzamos descubriendo mundos nuevos con el CAP; quien no habrá hecho una página de papel reciclado!. Aquí me tope con Chema, nuestro profesor de literatura. Creo que fue su último año en Alfaro, pero saco de mi todo un premio literario

Tercero ya era un año de elección: ciencias o letras, como se hacía entonces. Pero pasó a ser el año del nuevo profesor de filosofía. Por entonces nuestras clases se encontraban más cerca de la salida del pasillo. Así era la evolución lógica en el instituto.

Por último, COU. Año de nervios y risas, una extraña combinación. Fue el año de la desaparición masiva de borradores, con lo que a muchos nos vimos usando pañuelos de papel para limpiar el encerado. De este año guardo muchos momentos, como conocer a nuestro amigo “Gustavo” en clase de matemáticas, o los archiconocidos Brönsted y Lewis de química.