miércoles, 17 de marzo de 2010

Jose Roman Galdamez Peña


Una vez por el instituto.

Hará ya unos diez años que, una generación como la mía, dejamos el instituto, diez años que dan para mucho. Muchas historias se nos habrán olvidado, muchas mejor no contarlas, pero siempre recordaremos algo que nos resulta muy cercano. Las memorias que yo comparto aquí para muchos no tendrán sentido pero para unos pocos es nuestra contribución a la historia del instituto.

Nuestro primer año, ya entramos con grandes cambios. Aquellas construcciones que por fin unían el pasillo de los FP con los de Bachiller. Aquel fue un año de conocer nuevas caras, de gente foránea (nuestro universo se extendía ya hasta las Casas o Cabretón!!!), de piques entre los tres grupos de primero y de un libro, El camino.

A segundo avanzamos descubriendo mundos nuevos con el CAP; quien no habrá hecho una página de papel reciclado!. Aquí me tope con Chema, nuestro profesor de literatura. Creo que fue su último año en Alfaro, pero saco de mi todo un premio literario

Tercero ya era un año de elección: ciencias o letras, como se hacía entonces. Pero pasó a ser el año del nuevo profesor de filosofía. Por entonces nuestras clases se encontraban más cerca de la salida del pasillo. Así era la evolución lógica en el instituto.

Por último, COU. Año de nervios y risas, una extraña combinación. Fue el año de la desaparición masiva de borradores, con lo que a muchos nos vimos usando pañuelos de papel para limpiar el encerado. De este año guardo muchos momentos, como conocer a nuestro amigo “Gustavo” en clase de matemáticas, o los archiconocidos Brönsted y Lewis de química.

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